Mariana Carlota Belli nació el 2 de julio de 1957. Trabajaba en una empresa metalúrgica y fue secuestrada, en la vía pública, el 26 de mayo de 1978 y desaparecida desde entonces. Tenía 20 años y estaba soltera.
[Carta]
A Papá:
No sé cómo estarás interiormente, pero quiero que en tu día puedas encontrar la felicidad y la tranquilidad interior. Tanto vos como mamá, desde chiquitos nos educaron de una manera cristiana teniendo como base el Evangelio, por eso pienso que ustedes tienen que estar tan preparados como nosotros para aceptar la situación. Te voy a decir por qué:
Hoy leí una oración donde está la esencia del cristianismo. Dice así:
“He oído predicar el Evangelio a un sacerdote que lo vivía. Los pequeños, los pobres, quedaron entusiasmados; los grandes, los ricos salieron escandalizados.” Y yo pensé que bastaría predicarlo sólo un poco para que los que frecuentan las iglesias se alejaran de ellas y para que los que no las conocen las llenaran.
Yo pensé que era una mala señal para un cristiano el ser apreciado por la “gente bien”.
Haría falta –creo yo– que nos señalaran con el dedo tratándonos de locos y revolucionarios.
Haría falta –creo yo– que nos armasen líos, que firmasen denuncias contra nosotros, que intentaran quitarnos de en medio.
Esta tarde, Señor, tengo miedo, porque sé que tu Evangelio es terrible: es fácil oírlo predicar, no escandalizarse de él, pero vivirlo… vivirlo es bien difícil.
Tengo miedo de estarme equivocando, Señor.
Tengo miedo de estar satisfecha con mi vidita decorosa, de las buenas costumbres que yo tomo por virtudes, de mis pequeños esfuerzos que me dan la impresión de avanzar, de mis actividades que me hacen creer que me entretengo, de mis sabias organizaciones que yo tomo por éxitos, de mi influencia que creo transforma las vidas, de lo que doy que esconde lo que no doy.
Tengo miedo porque hay gente que es más pobre que yo, los hay peor instruidos que yo, peor desarrollados, peor albergados, peor abrigados, peor pagados, peor alimentados, menos acariciados, menos amados.
Yo tengo miedo, Señor, pues no hago bastante por ellos, no hago todo por ellos.
Sería necesario que yo lo diera todo, todo hasta que no quedara ni un solo sufrimiento, ni una sola miseria, ni un solo pecado en el mundo.
Haría falta, Señor, que yo lo diera todo, todo y siempre.
Haría falta que yo diera mi vida.
Pero no, esto no puede ser verdad del todo, no puede ser verdad para todos. Estoy exagerando, hay que ser razonables.”
Respuesta de Dios:
“Hijo mío, no hay más que un solo mandamiento para todos: ʻAmarás con todo el corazón, con toda el alma, con todas tus fuerzas. Cada vez que un hombre leal es alcanzado por el Evangelio, ve tambalearse los más hondos principios de su vida. La exigencia de Cristo no soporta las medias tintasʼ”.
Espero que pases muy bien tu día y aunque no estemos juntos, vamos a estar juntos.
Un beso grande y muchos cariños de tu futura nuera
Mariana
27 de junio de 1976
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