Marcelo Ariel Gelman tenía 20 años –integrante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES)–; su esposa María Claudia Iruretagoyena, 19; y a su hija/o le faltaban dos meses para nacer, cuando un comando armado los secuestró el 24 de agosto de 1976. Fueron llevados desnudos y maniatados al campo de concentración “Automotores Orletti” ubicado en el barrio de Flores, que dependía del general Guillermo Suárez Mason (Zona 1 de Operaciones del Ejército).
El 14 de octubre del mismo año su cadáver es alojado en un tambor de 200 litros y arrojado al canal San Fernando. Otras siete personas secuestradas en el mismo sitio corren igual suerte. Descubiertos los cuerpos por la Prefectura Naval, son enterrados como N.N. en el cementerio del lugar.
En septiembre de 1989 se solicita la exhumación de los restos. Los resultados demuestran que los jóvenes fueron asesinados luego de ser brutalmente torturados y que la embarazada tenía disparos en su pelvis producidos a muy corta distancia y que la criatura había nacido. Los responsables del campo de concentración “Orletti” –militares argentinos y uruguayos– fueron desprocesados por las leyes de Punto Final, Obediencia Debida y el indulto. El poeta Juan Gelman, padre de Marcelo, en el contexto de una amplia solidaridad de los intelectuales de todo el mundo, pudo recuperar a su nieta nacida en cautiverio, en marzo de 2000.
[Poema sin título]
La oveja negra
pace en el campo negro
sobre la nieve negra
bajo la noche negra
junto a la ciudad negra
donde lloro vestido de rojo.
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