Requena Eduardo Raúl

«Eduardo Raúl Requena nació el 15 de noviembre de 1938 en Villa María, provincia de Córdoba. Fue docente de escuelas secundarias en Villa María, Bell Ville y Córdoba, fundador del sindicato de los docentes particulares, participó en el nacimiento de CTERA y fue miembro de la Mesa de Gremios en Lucha. El 23 de julio de 1976 fue secuestrado en el bar Miracles, de Avenida Colón al 1100, por fuerzas civiles y militares y conducido al campo de concentración La Perla. Posteriormente, se allanó su casa en Villa María, incautándole gran parte de sus valiosas colecciones de libros y, especialmente, todos los escritos originales inéditos de sus investigaciones sobre historia medieval, historia argentina y geografía económica. Esta carta fue enviada antes de su secuestro, clandestinamente, a Europa (creemos que a España), a un amigo suyo exiliado, para informar de las violaciones a los derechos humanos.» 

[Testimonio de Soledad García, gremialista docente de la UEPC y ex detenida política.]

[Carta]

Córdoba, 1976
Querido Amalio:

La portadora de la presente, a quien no conozco pero tiene mi respaldo y apoyo dada la importancia de la misión que se le ha encomendado, con seguridad te pondrá al tanto de lo que pasa en el país y en nuestra provincia luego del 24 de marzo. Aunque era mi deseo, por distintas razones que seguro comprenderás, no tengo posibilidades de detallarte noticias que serán de tu interés conocer. En nuestro país la situación es sumamente grave para la clase obrera y el pueblo y particularmente para los militantes, activistas y dirigentes obreros, estudiantiles, barriales, políticos, etc. No sé qué imagen reciben en ese país de lo que ocurre en el nuestro, lo que sí te puedo asegurar es que nunca se había conocido tamaña represión y violación de los más elementales derechos humanos. Vos has tenido algunas experiencias de lo que hace a los inicios de lo que hoy es ya una cosa generalizada que parece no disiparse. Pienso que sin llegar a ser lo de nuestro vecino país se le parece mucho, inclusive se ha avanzado en lo que hace a la imagen que se quiere presentar en el exterior.

Han sido muertos compañeros, los desaparecidos son cientos y los que se conocen están encarcelados muchos más. La Gorda [se refiere a Soledad García, su pareja, quien nos entregó los datos y copia de esta carta] está adentro desde hace tres meses exactamente (hoy es 9 de junio), no hay la mínima posibilidad de comunicarse con ella y todos los que están en las mismas condiciones. Yo estoy en todo lo que se puede y debe estar. He tenido que rajarme de la Villa porque allí soy presa fácil y segura. José, Dino y otros que quizá conozcas están adentro. A Carlitos A., que había conseguido el pasaporte para irse a tus nuevos pagos, lo prendieron; primero dijeron que lo habían amasijado, las últimas noticias son más alentadoras pues estaría detenido. Aunque te parezca absurdo esa es una noticia alentadora. Todo no es negro aquí. Ya se ha iniciado la resistencia, sobre todo en algunos medios obreros y la bronca y el descontento popular por el alza tremenda del costo de la vida –a pesar del congelamiento de los salarios– se mantiene y se mantendrá por largo tiempo. Ha comenzado la recesión; hay fábricas que trabajan 4 días a la semana, hay cierres, etc. De a poco se empieza a perder el miedo y la gente se anima a más. Hermano, aunque no haga falta, te pido que le des pata en todo lo que puedas a lo de las múltiples formas de solidaridad con nuestro pueblo y con sus militantes. Es muy importante que se haga conocer detalladamente lo que aquí está pasando sobre todo en lo que hace a la violación de derechos humanos. Algunas cosas han trascendido y el gobierno se muestra preocupado por eso. Prueba de ello son los comunicados a la prensa internacional porque se “han confabulado” para serrucharle el piso a la “reorganización nacional”. Hay que darle pata a la contrainformación, sobre todo en Europa, del resto –que es muy duro y difícil– se encargarán los trabajadores y el pueblo y quizá en menos tiempo del que muchos creen.

No puedo extenderme más porque hoy más que antes también hay que correrle al tiempo. Va con esta carta un fuerte abrazo, de esos que son más firmes y fraternales cuando la cosa se pone jodida… Espero que andes con suerte y puedas ver a los tuyos. Con el optimismo y la fe de siempre te digo hasta pronto en la seguridad de que la victoria será nuestra.


Eduardo




Esta carta se demoró unos días por aquí en manos de otra persona que la tiene que hacer llegar por otras vías. A último momento me entero medio indirectamente de la muerte de tu padre y como quizás no tengan tu dirección te la hago conocer así y de repente. Pienso en estos casos, y aunque uno no haya tenido una relación estrecha con los viejos e inclusive puede haber tenido problemas y diferencias varias, estas cosas tienen dolor y nostalgias. Arriba y hasta pronto. Un gran abrazo.


Eduardo


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