«Julio César Campopiano tenía 20 años y era estudiante. Era de origen español. Fue secuestrado frente al Cementerio Oeste de San Miguel de Tucumán por individuos que se desplazaban en un automóvil color blanco. En esos momentos Julio César se dirigía a un centro oficial de San Miguel de Tucumán a preguntar por el paradero de su hermano César Gustavo, secuestrado previamente el mismo día en su domicilio (y posteriormente liberado). El secuestro fue presenciado por testigos. La familia fue informada por el suboficial mayor Gustavo Núñez que Julio César había sido llevado al Arsenal. El responsable de su secuestro fue el sargento de Gendarmería Américo Gómez. Según el ex gendarme Antonio Cruz, Julio César murió en febrero de 1977 en el Arsenal Miguel de Azcuénaga debido a una infección de tétanos producida por las torturas. Julio César fue dejado morir lentamente, agonizando durante días, arrojado en el suelo y sin recibir ningún tipo de asistencia médica.»
[Del legajo del juicio que se sigue contra militares argentinos en España.]
De mis palabras (II)
De mis palabras,
de este cansancio imperdonable acumulando historias,
del contorno final de la ternura,
de lo que sucede en los rincones del silencio;
de todo esto,
de lo que hemos sido siempre y de lo que no somos todavía,
voy a dejarte mis más pequeñas cosas:
un ángel infinito,
una quimera,
una risa mansa desde hace seis años;
mis preguntas,
mi vieja costumbre de inventar el olvido,
mi poema.
El pan a manotazos.
Mi sueño dibujado a pedacitos.
En este último aniversario de la ausencia,
te dejo mis pequeñas cosas
para aprender a pensarte cuando me vaya.
Los comentarios están deshabilitados